Followers :)

jueves, 3 de mayo de 2012

Difficult to Forget,

En estos momentos, me siento extraña, impotente. ¿Esos días en los que dan ganas de mandarlo todo a la mierda? Pues de eso tengo ganas ahora mismo. De decirle adiós a todo el puto mundo, de pasar de todo, de hacer lo que me da la gana sin que nada ni nadie me diga lo que tengo que hacer, de comerme el mundo de una manera impresionante, sólo pensar en mí, en nadie más sólo en mí, de irme con quien me salga de ahí, sin preocuparme lo que me digan los demás. Maldito el momento en el que le vi a las afueras de la universidad con sus amigos. Maldito el momento tal vez porque pensé que a partir de aquel momento todo había cambiado y porque tuve una razón, porque lo comprendí en el momento en que te vi y me puse a sonreír como una idiota en el asiento trasero de ese coche. Porque supe justo en ese instante, antes de acabar de sonreír, que ya no había marcha atrás. Que te habías colado hasta en mi respiración y que poco a poco ibas formando cada vez más centímetros de mis huesos, que juraría que ya tienen tu nombre grabado a fuego. Pero no te preocupes, que tengo un tipex especial para los dolores. Lo llevo utilizando durante años y al principio duele, pero luego la herida se va a sanando poco a poco y todo se queda en ese sitio llamado olvido. Que a veces te hace sonreír pero otras muchas veces te hace sentir débil. Y ahora, responderme. ¿Quién no se ha tumbado nunca en la cama un rato a perder el tiempo cuando tienes mucho que hacer? simplemente para pensar, llorar...esperar una llamada, poner en orden todos los pensamientos que acechan tu mente a mil por hora. Mirar a un punto fijo en silencio y visualizar ahí todas tus esperanzas y todos tus sueños. Le has dicho a todo el mundo que quieres estar sola, que no quieres ver a nadie, pero tú sabes que es mentira. Nadie quiere estar sólo. El problema viene cuando sólo quieres estar con una persona y él no está a tu lado. Cuando pienso en él, a menudo las palabras juegan en mi mente y después nada…me quedo en blanco. No sé qué decir, ni cómo actuar. De hecho, si me encontrara con él, no sabría cómo mirarle a los ojos. Porque si por un momento todo hubiera salido bien, estoy segura de que las cosas hoy serían distintas. Ni haría tanto frío, ni tendría tanto miedo, ni estaría tan perdida. Ojalá a veces todo fuera tan fácil como apretar un botón para volver un tiempo atrás, jurándote a ti misma que ésta vez las cosas las vas a hacer bien.
Pasaba todo tan deprisa que a mí me daba todo igual. Te tenía a mi lado, eso es lo que me importaba en ese momento. Me hacía creer a mi misma que sí, que me querías, que estabas ahí por mí. Incluso intenté convencerme de que eras lo que siempre había querido y que tanto tardé en darme cuenta. Pero vaya, a veces las cosas no salen como quisiéramos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario